“La tecnología es una de las mayores fuerzas que está impulsando el cambio en nuestro mundo. Inteligencia Artificial, Blockchain, Realidades Mixtas, Biotecnología, Nanotecnología… Mi compromiso es entenderlos, detectar señales de cambio y tendencias, ayudar a las empresas a imaginar posibles futuros y hacer que los futuros preferidos sucedan, siempre con un enfoque centrado en el humano (HCD) con el objetivo de generar un alto impacto positivo.” Así se presenta David, yo le miro y conecto con una humildad desmedida entre lo que sabe y conoce, cómo lo integra en su vida, y cómo es capaz de compartirlo con el mundo de una forma tan sencilla y tremendamente humana.  Quisiera que se me pegara un mínimo, por osmosis o “nanochips”.  

1. Un desayuno creativo que te despertara de verdad, sería …(cómo, dónde, con quién?)

Ahora mismo lo que me estimula intelectualmente y creativamente, es todo lo que tiene que ver con los futuros: imaginar posibles futuros, proyectarlos, retarlos y traerlos al presente.

En esta línea, un desayuno creativo sería un desayuno con alimentos futuristas, con tomates y aguacates cultivados en un laboratorio, con jamón y huevos sintéticos, con algún batido tipo soylent… Algo para degustar lo que vendrá en el futuro y reflexionar cómo estos productos reducirán el sufrimiento animal, agilizarán la producción de alimentos y democratizarán el acceso a ellos.

Me vería además es un sitio muy “Solarpunk”, tecnificado pero con naturaleza integrada en los espacios. Y me gustaría compartir ideas y conversación con personas como Yuval Noah Harari, Douglas Rushkoff, Juan Enriquez, Jennifer Gidley, Kathy O’Neil, Gerd Leonhard o Amber Case. Sería uno de estos desayunos que te explotan la cabeza.

  1. ¿Qué es la creatividad para ti?

La RAE la define como la “facultad de crear” o “capacidad de creación” y estoy de acuerdo, pero tendríamos entonces que definir lo que significa crear. Si volvemos a tirar de la RAE nos encontramos con “Producir algo de la nada” y “Establecer, fundar, introducir por vez primera algo; hacerlo nacer o darle vida, en sentido figurado”. Me gusta especialmente la primera porque cada vez estoy más convencido que la creatividad tiene que ver con la creación de algo genuino, apoyado irremediablemente en cosas que ya existen, pero planteando un punto de disrupción, de pensamiento lateral, fuera de la caja.

La segunda definición ya toca un terreno más propio de la innovación, donde la creatividad tiene un parte importante pero donde el “darle vida” es la clave.

  1. ¿Cómo la incluyes o aplicas en tu día a día?

 Al estar dedicado a la innovación, la creatividad es una parte fundamental de mi día a día. Estamos constantemente teniendo ideas que queremos transformar en productos, investigando para clientes de cara a crear nuevos modelos de negocio, desarrollando nuevas metodologías…

Hace poco me preguntaron cómo era un día tipo en mi vida y no lo pude contestar porque no tengo un día igual que otro, y cada día se va creando durante esa misma semana o durante ese mismo día. Algo que quizás a mucha gente le estresaría, pero a mí me da vida. ¡Pura creatividad!

  1. Qué incluyes en tu trabajo/proyectos para que sean más creativos y por tanto que te motiven más a ti y a tu organización.

Los proyectos están cargados de creatividad e innovación, pero si convertimos el proceso de crear en algo estanco y previsible (una fábrica de churros) podríamos irónicamente desmotivar a los equipos y obtener resultados cada vez menos innovadores. Por este motivo retamos constantemente los modelos y metodologías que usamos en los procesos de investigación e ideación. Introducimos nuevas herramientas y estamos en un estado de aprendizaje constante.

Esto puede llevarnos una carga de trabajo extra y podría parecer poco productivo, pero creo que el dinamismo que aporta es lo que hace que sigamos siendo innovadores y que el equipo se mantenga motivado

Si te digo “culturas despiertas..” lo primero que se te viene a la cabeza es…

Cuando escucho “culturas despiertas”, además de sentirme muy identificado, se me vienen dos conceptos a la cabeza: consciencia y dinamismo. La cultura despierta me la he imaginado como una cultura consciente, que tiene en cuenta al equipo y sus deseos; a los clientes y sus necesidades; al negocio y sus proyecciones; a los procesos y sus casuísticas… Y consigue conjugarlo para enriquecer a todos. También me he imaginado una cultura dinámica, con ganas de estar en una constante evolución y movimiento, con sed de aprender y de seguir siendo creativa e innovadora.

  1. Retrato robot de tu líder perfecto.

Al contrario que muchos modelos de éxito, como el famoso caso de Steve Jobs, que probablemente solo funcione con genios excéntricos; creo que el líder perfecto es una persona sabia, generosa y humilde, que facilita y mentoriza. Es una persona cercana, que empodera, juega en equipo, toma la delantera en los momentos difíciles para enseñar el camino pero empuja al resto para celebrar éxitos. Es una persona que consigue sacar lo mejor de todos y que todos quieren trabajar con ella.

  1. Cómo es para ti el empleado perfecto.

Llevo ya mucho tiempo sumergiéndome en el mundo de las organizaciones planas o incluso redárquicas donde ha obtenido mucha visibilidad la holocracia; y cada vez creo menos en la relación empleador – empleado o jefe – empleado e incluso cliente – proveedor. Me gusta el concepto líder – equipo sabiendo que el líder de un equipo es el que puede aportar más valor al mismo en ese momento y en ese proyecto; pero que puede tener otro líder en otro equipo o proyecto, y éstos pueden rotar dependiendo de las necesidades que haya.

Siempre tiene que haber un órgano de decisión global, que dé estructura y organización, que decida en los momentos complicados y que plantee una visión, pero lo veo más como un órgano que defina un contexto de juego y no que imponga nada a los equipos.

  1. ¿Cómo crees que serán las empresas del futuro? Y tú ¿qué te ves haciendo en ellas?

Creo que las empresas del futuro serán cada vez más diversas (identidad, cultura, cognición…), más descentralizadas y más multidisciplinares. Ya existen empresas 100% deslocalizadas, con un grado de diversidad elevadísimo aportando riqueza a la forma de trabajo, cultura y proyectos, pero aún son minoritarias y en la mayoría de los casos con productos exclusivamente digitales. Creo que este tipo de empresas va a prosperar.

También veremos eclosionar la famosa gig economy, o el trabajo por proyectos, y espero que evoluciona a un punto de equilibrio que no destruya culturas ni genere empleos mal pagados… Creo que mucho en este tipo de forma de trabajo pero más en el concepto squad o equipo, es decir, no la contratación de personas por proyectos sino de equipos, en el fondo como pequeñas empresas o estudios especializados.

En este futuro, me veo haciendo lo que siempre he hecho hasta ahora: ayudando a las empresas a adaptarse al cambio; acompañando emprendedores a tener éxito; formándome y compartiendo conocimiento con otros; y lanzando producto y servicios innovadores. Siempre en constante cambio.

  1. ¿Crees que en las organizaciones de nuestra sociedad/sistema existe el espacio para el error? ¿Qué piensas acerca de integrarlo como una forma de crecer y avanzar?

 Creo muchísimo en la cultura del fallo, el permitir fallar como forma de aprendizaje. Dicho esto, hay que ser conscientes de los riesgos que implica el fallo y hasta dónde una empresa se puede permitir fallar.

La innovación es una exploración en lo desconocido, una apuesta por lo que podría llegar a ser el futuro de una compañía, y si una empresa apuesta por ella debería desarrollar una estrategia donde haya varios niveles de riesgo. Existe la innovación evolutiva que pueda traer retorno a corto plazo y donde normalmente no supone una gran apuesta; la innovación radical que supone una mayor apuesta (también con una mayor recompensa) pero sigue habiendo un gran porcentaje de éxito; e innovación disruptiva que requiere una mayor inversión con un grado de riesgo mucho mayor, eso sí, con recompensas exponenciales si se consigue. Son los tres horizontes de la innovación y no todas las empresas pueden llegar a los tres, y no tanto por su cultura (que también), sino por un tema económico y de posibilidad de arriesgarse.

El problema viene cuando hay poder económico pero se decide seguir con unos márgenes de ganancias totalmente desproporcionados, y no invertir en innovación por querer mantener un barco a flote el mayor tiempo posible, sin ver realmente que están yendo contra un iceberg. O empresas que empiezan a apostar por la innovación disruptiva pero sin no dejan espacio para el aprendizaje (fallo), por temas de cultura y económicos, porque ya tienen el agua al cuello y no pueden permitírselo…

Por este motivo, la innovación es (y debe ser) un proceso constante, una estrategia iterativa e incremental que está muy relacionada con la cultura y el negocio.

  1. Cosas buenas que nos traerá el futuro y cosas del pasado que deberíamos salvar.

El futuro nos va a traer muchísimos avances y posibilidades donde la innovación tecnológica va a tener un papel fundamental. Inteligencia Artificial, Realidades Mixtas, Biotecnología, Internet de las Cosas… Va a hacer que nuestras vidas sean más fáciles, flexibles, enriquecedoras… Siempre que queramos.

Este “siempre que queramos” tiene mucho que ver con no desarrollar tecnología por tecnología, porque podemos, y rescatar del pasado toda una línea humanística que hemos dejado olvidada y que, por suerte, se está rescatando y vinculando con este supuesto progreso tecnológico. Hablamos de filosofía, antropología, sociología.. Disciplinas que nos van a llevar a tomar consciencia de hacia donde vamos, de plantear preguntas poderosas más relacionadas con el “si debemos”, y de ayudarnos a no caer en un futuro distópico.